El Tejo es un árbol del género conífero, su altura puede llegar a los 15- 20 metros, pero la clave está en su tronco, absolutamente desproporcionado y enorme. Se trata de la especie más longeva de Europa.Esta especie la podemos encontrar en Cantabria, Asturias, Sistema Central y algunas zonas del Sistema Ibérico y Pirineos.
Árbol de la eternidad
El Tejo puede llegar a vivir hasta 5000 años, en Asturias existe un ejemplar de 2000 años.
Y es que, en un Tejo pueden haber vivido cientos de ellos porque renace de sí mismo y es por eso que este árbol, ya desde la prehistoria, ha representado la fertilidad eterna.
El tejo es un referente de que la Naturaleza es sabia porque es capaz de adaptarse a los cambios climáticos cambiando de sexo cuando las condiciones atmosféricas o de la tierra ponen en peligro la superviviencia de su especie.
Árbol de la muerte
Su copa es densa, tiene hojas perennes. Casi todas las partes del árbol presentan alcaloides tóxicos, pudiendo provocar la muerte en pocos minutos.Sus flores son de color verde y dan lugar a un fruto rojo.Pero, ¡cuidado! Tanto las hojas como la corteza como su flor son venenosos ya que contienen una sustancia muy tóxica denominada taxina, la cual, consumida en grandes dosis, produce una parada cardíaca.
Árbol de la vida
Sin embargo, hay tres componentes en sus hojas y en la corteza que se usan para combatir hasta 14 tipos de cáncer, en especial ovario y mama. Este descubrimiento provocó talas indiscriminadas de esta maravillosa especie. A día de hoy, las propiedades del tejo se pueden usar sin talar los árboles mediante la síntesis química de estos tres taxanos denominados “docetaxel”,”paclitaxel” y “cabacitaxel”. Su forma comercial es el Taxol, siendo este uno de los mejores inhibidores de la división celular impidiendo la mitosis. De aquí sus propiedades curativas y las grandes posibilidades de su uso en la medicina.
Paradójicamente, estas sustancias nocivas en medicina, han salvado la vida a miles de personas en el mundo.